Desde el comienzo nomás, se vio al equipo uruguayo, replegado en el fondo, tranquilo, pero no dejando jugar producto de las reiteradas faltas y tomándole el pelo a un arbitro sin autoridad, sin templanza y con una falta total de criterio y conocimiento del reglamento;- estuvo 2 minutos para hacer un pique en la mitad de la cancha, no amonestó cuando le faltaron el respeto y ante una falta sobre Fabianni, no volvió la jugada atrás una vez que el delantero perdió le balón-.
Esa fue la cara de Nacional, que consiguió lo que vino a buscar, el empate para asegurarse la clasificación.
La cara de River fue la opuesta, que se llevó lo que MERECIÓ. Los silbidos y los insultos del final. Producto de las pocas ideas, el escaso juego y la ausente garra que se necesitaban para ganar el partido clave de cara al futuro del equipo de Gorosito en esta Copa.
La peor imagen y la mas reprochable de todas fue ver a Rubén Sambuesa, quien se auto-titula hincha fanático de River, caminar los últimos 30 minutos de juego. Pregunta para él. Acaso…¿Estás cansado del trajín de partidos?, no es acaso que sólo jugás la Copa, o sea.. 4 partidos en lo que va del año!!!!!?? Deplorable.
Y sumado a la mala suerte que viene acumulando River hace unos años,-en una misma jugada la pelota fue rechazada en 4 oportunidades en la linea-, hoy, la clasificación es una incógnita, como el futuro del técnico y el relativo buen comienzo de campeonato.
Cuando parecía que algunas nuevas caras le iban a dar otro ánimo al plantel, de una semana a la otra se volvió a oscurecer el panorama de este River que está cada vez más cerca del abismo que de ver la luz.
Es que como bien canta el hincha, los jugadores no se “matan” en la cancha, no “ponen huevos”, no “dejan todo”, como si hace el hincha para ver a River, o por lo menos esa es la clara imagen que uno ve desde las tribunas.
¿Dónde está ese River que arrasaba? ¿Dónde, ese River que al rival que venía a replegarse, lo encerrada contra su arco y no dejaba de darle golpe tras golpe, abriendo la defensa hasta dar definitivamente el “kick” de Knock Out?
¿Dónde están los juveniles?, ¿cuando van a tener su chance?, ¿Dónde los Sand, los Fernandez, los Alvarez, los Ludueña, y un sinfín de jugadores que se regalaron?, ¿Dónde están los Saviola, los Aimar, los D´Alessandro, los Crespo? Por el club no se los ve, y esos mismos jugadores con nombre PROPIO, colgados en sus clubes, ¿por que no vuelven? ¿Por qué van a otros clubes de Argentina?
La puerta está abierta, para que vengan ellos, PERO TAMBIÉN PARA QUE LOS QUE SON CONSCIENTES DE QUE NO ESTAN A LA ALTURA DE RIVER, tanto dirigencial, como futbolísticamente, la crucen, y dejen de faltarle el respeto y de humillar a la institución más grande de la Argentina.
Hernán Quinteros
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